Algunas reflexiones sobre la Acupuntura
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A lo largo de su historia, la medicina ha pasado por tres etapas: religiosa, racional y cientÃfica. En la primera, todo su fundamento teórico no era más que una traslación de las ideas religiosas prevalecientes en la sociedad a la explicación del fenómeno salud-enfermedad. La etapa racional marca la ruptura con esta concepción, al asumir una explicación natural acerca del funcionamiento del organismo humano y de las enfermedades. Para nosotros, más conocedores e influidos por la cultura mediterránea, este fenómeno tuvo lugar en Grecia en los siglos VI al IV, antes de nuestra era, sobre todo, con la Escuela hipocrática de Cos, pero sucedió también en la China antigua, al parecer por la misma época, con la Escuela del taoÃsmo.
Los médicos somos llamados cada vez con mayor frecuencia para tratar situaciones que no son enfermedades en el sentido tradicional que conocemos, y que no se curarán, porque dependen de cambios degenerativos. Este es uno de los factores principales que sostiene la supervivencia de las seudociencias en la terapéutica médica, y, de paso, brinda a algunos de sus cultores la posibilidad de denostar a la medicina cientÃfica y a la inevitable incertidumbre que conlleva su aplicación en cada paciente individual.
En todo este complicado contexto, la acupuntura, útil en el arsenal terapéutico, porque resuelve momentánea o permanentemente no pocas de estas situaciones, continuará siendo una seudociencia a la espera de la crÃtica que la despoje de su arcaÃsmo y la eleve al nivel de las ciencias.