La evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor del residente de Medicina General Integral
RESUMEN
Introducción:

La evaluación del desempeño pedagógico del tutor es vital para elevar la calidad del proceso educativo.

Objetivo:

Definir la evaluación del desempeño pedagógico del tutor en la especialidad de Medicina General Integral.

Material y Métodos:

Se realizó una revisión documental de enero a diciembre de 2020. Se utilizaron la base de datos Pubmed y la biblioteca científica electrónica SciELO, así como el buscador de información científica Google Académico. Se evaluaron artículos de revisión, de investigación y páginas Web que tenían menos de 10 años de publicados, en idioma español, portugués e inglés, y que hicieran referencia al tema de estudio a través del título.

Desarrollo:

Se identificaron regularidades entre los autores de la comunidad científica de la Educación Avanzada: proceso vinculado con los objetos de la pedagogía desde la actuación y el comportamiento de los especialistas con funciones docentes como tutores; se realiza a partir del cumplimiento de los objetivos y métodos propios de su contenido de trabajo; se refiere a ejercer las actividades con cuidado, precisión, exactitud, profundidad, originalidad y rapidez, y está asociado con el proceso de profesionalización.

Conclusiones:

Se definió la evaluación del desempeño pedagógico del tutor de la especialidad de Medicina General Integral como un proceso sistemático, continuo y flexible que permite comprobar, medir y valorar el cumplimiento de las funciones, acciones y tareas que se expresan en el modo de actuación profesional del tutor desde lo relacionado con el saber, saber hacer y saber ser, en correspondencia con las exigencias actuales en el contexto de la educación en el trabajo.

ABSTRACT
Introduction:

The evaluation of the pedagogical performance of the tutor is vital to raise the quality of the educational process.

Objective:

To define the evaluation of the pedagogical performance of the tutor in the formation of the specialist in Comprehensive General Medicine.

Material and Methods:

A literature review was carried out from January to December 2020. Database Pubmed, the scientific electronic library SciELO, and Google Scholar were used. Review articles, research articles, and Web sites published less than 10 years ago in both Spanish and English that made reference to the topic through the title were evaluated.

Development:

Regularities among authors from the scientific community in Advanced Education were identified: process related to the objects of pedagogy from the action and behavior of specialists with the teaching roles of tutors, which starts from the fulfillment of the objectives and own methods of the work content, and refers to undertake the activities carefully to ensure precision, accuracy, depth, originality, and speed all of which is associated with the professionalization process.

Conclusions:

The evaluation of the pedagogical professional performance of the tutor in the formation of the specialist in Comprehensive General Medicine is defined as a systematic, continuous, and flexible process that allows to check, measure, and evaluate the fulfillment of the functions, actions, and tasks expressed in the professional performance of the tutor from knowing, knowing how to do, and knowing how to be in accordance with the current requirements within the context of in-service training.

Palabras Claves:
    • Tutor;
    • educación médica;
    • desempeño de rol;
    • evaluación;
    • medicina de familia.
Keywords:
    • Tutor;
    • medical education;
    • role performance;
    • evaluation;
    • family medicine.

Introducción

En Cuba, la formación de especialistas de Medicina General Integral (MGI) transita por cambios importantes de orden cualitativo en respuesta al reclamo de elevar la calidad de la educación. Estas transformaciones reafirman principios básicos de la pedagogía cubana como son la vinculación de la teoría con la práctica y del estudio con el trabajo, concepción que concibe la formación del profesional en los escenarios reales, lo que favorece el desarrollo integral.

La MGI es la única especialidad que ofrece la posibilidad de atender a la persona en tres escenarios concretos: atención individual, atención a la familia y atención a la comunidad. Ante esta realidad se entiende que el tutor debe tener, además de competencia clínica, un perfil biopsicosocial, pues al médico de familia no solo le preocupa la enfermedad, sino también el entorno que la rodea. Debe ser una persona dialogante, empática, receptiva, asertiva, saber trabajar en equipo, tener capacidad de organización de espacios y tiempo, y fomentar la inquietud de la investigación.1

A pesar de que son múltiples los estudios donde se demuestra que en la actualidad los tutores no cuentan con una preparación pedagógica específica para la enseñanza tutelar, los autores no identificaron en la bibliografía revisada una caracterización del proceso de enseñanza tutelar a partir de la formación básica del tutor y su repercusión en el proceso formativo del residente en los escenarios de la Atención Primaria de Salud.2

En la actualidad, la evaluación del desempeño docente del tutor del residente de MGI, se realiza en lo fundamental sobre la base de los resultados obtenidos. Se tiene en consideración el cumplimiento de indicadores, calidad de la documentación y los Trabajos de Terminación de la Especialidad (TTE). No se tienen en cuenta indicadores específicos para esta actividad. Surge entonces la contradicción entre el creciente auge de los modelos de formación de profesionales de las Ciencias Médicas, basados en competencias, y el déficit de la evaluación como medio para la retroalimentación, comprobación y control, además de las funciones instructiva y educativa que juega en el proceso para satisfacer el encargo social.

Por tal motivo, definir esta variable es fundamental para el desarrollo de modelos, metodologías, estrategias y otros que, en alguna medida, se centren en el proceso de profesionalización de la actividad tutelar en la formación del especialista de MGI.

Según Lema-Cachinell et al,3 “la evaluación sistemática del desempeño docente produce cambios en la productividad pedagógica, cuya esencia es trabajar de manera más inteligente, no más dura, no se trata de trabajar más horas, sino de trabajar mejor; y, por tanto, hacer más cosas en menos tiempo y más integradamente”. El desempeño docente y la productividad de la evaluación constituyen una unidad dialéctica que permite comprender el carácter formativo de la evaluación en función de la mejora continua y necesaria del profesional de la educación, de manera que le permita alcanzar niveles superiores de profesionalidad pedagógica.

De acuerdo con los elementos expuestos con anterioridad, demostrativos de la necesidad de resolver la contradicción generadora de la situación problemática descrita, los autores consideraron pertinente formular el siguiente problema científico: ¿Cómo definir la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor en la formación del especialista de Medicina General Integral en la Atención Primaria de Salud?

El objetivo de esta investigación es definir la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor en la formación del especialista de Medicina General Integral en la Atención Primaria de Salud.

Material y Métodos

Se utilizó el método científico, sustentado en la realización de una búsqueda de literatura relevante y pertinente sobre el tema de enero a diciembre de 2020.

Se consultó la base de datos Pubmed y la biblioteca electrónica científica SciELO, así como el buscador de información científica Google Académico. La estrategia de búsqueda incluyó los siguientes términos como palabras claves: “tutor”; “educación médica”; “desempeño de rol”; “evaluación”, “medicina de familia”.

Se evaluaron artículos de revisión, artículos de investigación original y páginas Web que tenían menos de 10 años de publicados, en idioma español, portugués e inglés, y que hicieran referencia al tema de estudio a través del título.

Una vez identificados los artículos de interés, se consideraron como criterios de elección para la presente revisión los siguientes: 1) que trataran la evaluación del desempeño; 2) que abordaran la temática de la evaluación del desempeño pedagógico del tutor en el sector Salud; y 3) que se refirieran a la evaluación del desempeño pedagógico del tutor de la residencia de la especialidad de MGI en Cuba. Fueron excluidos los artículos que no cumplieron con estas condiciones.

Esto permitió el estudio de 83 referencias bibliográficas, de las cuales 29 se citaron en el texto. Las indagaciones empíricas se realizaron a través de revisiones documentales.

Para el procesamiento y análisis de los datos obtenidos se emplearon los métodos de análisis y síntesis y el de inducción-deducción.

Desarrollo

Los sustentos teóricos sobre el desempeño profesional permiten reconocer en la teoría de la Educación Avanzada, que tuvo sus orígenes en la década de 1980 en el mundo iberoamericano. Entre sus principales representantes están Julia Añorga Morales de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” de Cuba y Víctor Morlés Sánchez, del Centro de Estudios sobre Educación Avanzada, de la Universidad Central de Venezuela.4 Esta teoría propone la transformación concreta del entorno mediante un nuevo y mejor desempeño, así como desarrollar la relación de la teoría con la práctica, con la intención de que se revierta en el comportamiento humano.

De esta manera, fortalecer la atención a la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor del residente de MGI se convierte en un factor decisivo, al conducir todas las acciones que propician el logro de la calidad educativa en el contexto en que se desarrolla, durante el cumplimiento de sus tareas y funciones educativas.

El término evaluar proviene del latín -a-valere-, que significa "dar valor a". El Diccionario de la Real Academia Española describe que la palabra evaluación se deriva del término francés évaluer, que significa señalar, estimar, apreciar, calcular el valor de algo.5

La acción evaluativa es consustancial al hombre. Está vinculada de modo indisoluble a la actividad, por lo que es preciso entenderla como un fenómeno propio de su existencia y que se expresará, por tanto, de manera directa o indirecta, en casi todos los ámbitos de la vida humana. Se constituye así, como una herramienta indispensable en el desarrollo de cada individuo, que orienta su actividad en correspondencia con las formulaciones ideales que ha preconcebido. De esta forma, se estima la evaluación como un proceso necesario desde el punto de vista social.5

El sentido formativo de la evaluación reside en el supuesto de pensar que la información que se le proporciona va a estimular al profesor/tutor a realizar los cambios pertinentes. Para explicar la mejora que se produce suele hacerse referencia a la teoría de la "disonancia cognitiva" de Festinger: la información proporcionada pone en marcha un mecanismo de retroalimentación de manera que se produce cierta disonancia o insatisfacción que le induce a cambiar. Esto está relacionado con la autoestima y la motivación.6

El proceso de evaluación contribuye al refuerzo y/o ajuste de áreas de estudio o aprendizaje que se hayan detectado con deficiencia, reevalúa y proyecta nuevos métodos de enseñanza, al igual que permite la reformulación de los objetivos y estrategias en torno a la formación, capacitación y entrenamiento del estudiante o del graduado para su desempeño profesional, lo que pone de manifiesto la complejidad de la evaluación como proceso.7

El procedimiento para evaluar el recurso humano se denomina evaluación del desempeño. Este se elabora a través de programas formales de evaluación, basados en una razonable cantidad de informaciones sobre los empleados y su desempeño en el cargo.8

Para Valcarcel,9 “el desempeño es la actitud o capacidad para desarrollar de forma competente los deberes u obligaciones inherentes a un cargo laboral”. Pero, concebir el desempeño como capacidad limita la esencia del concepto, pues desempeñarse es desplegar mediante el comportamiento lo que la persona tiene y no “lo que en potencia tiene o puede hacer”. Por su parte, Añorga et. al.4) lo definen como capacidad, para referirse a una conducta real de lo que hace y sabe hacer, y en ella incluyen la idoneidad, de manera específica de un profesional para realizar acciones en su objeto de trabajo, por lo que los autores reconocen un mayor nivel de elaboración en este concepto. En este sentido Roca,10 en su definición revela: “capacidad del individuo para ejecutar sus tareas con gran cuidado, precisión, exactitud, profundidad, calidad y rapidez”.

Los autores consideran que en las definiciones de Sierra y Roca se resalta como aspectos fundamentales la capacidad del individuo, acciones, ejecución de tareas, pero no se refleja de forma general la obtención de un resultado. Existe una regularidad en cuanto a la acción del sujeto asociado a sus funciones y responsabilidades que de manera relativa debieran considerarse como exitosas, pero no aparece el carácter de sistema y procesal del desempeño, lo cual limita las definiciones.

Torres11 define el desempeño como “… la actuación concreta y personalizada del dirigente, en la realización de las funciones, tareas y obligaciones inherentes a su cargo”. A tenor con lo anterior, se muestran mayores niveles de construcción en esta definición, se observa una verdadera intencionalidad al contextualizar la misma, lo cual se considera muy positivo, aunque tampoco se revela el carácter operacional de la definición y su implicación como proceso y sistema.

Pérez y otros9 asocian sus definiciones al modo de actuación, y consideran una posición en la que ponderan el sentido personalizado en la ejecución de tareas concretas relacionadas con el objeto de trabajo y que permite conformar el acervo común del colectivo pedagógico. En consecuencia, ha adquirido auge el término modo de actuación refiriéndose a la concreción en la actividad.

El profesor Salas,8 conceptualiza la evaluación del desempeño profesional como “un proceso continuo de evaluación de la calidad de la construcción de los modos de actuación profesional, que los vincula con la responsabilidad institucional y el compromiso social (…); en un proceso activo y participativo de problematización constante, que dirige las acciones a desarrollar en los procesos permanentes de la formación médica”. Los autores consideran que en esta definición se expresa una integración que revela la profundidad del fenómeno, su implicación como proceso y sistema, así como la consecuente obtención de un resultado.

Valdés6 afirma que la evaluación del desempeño docente es una actividad de análisis, compromiso y formación del profesorado, que valora y enjuicia la concepción, práctica, proyección y desarrollo de la actividad y de la profesionalización docente. Los autores concuerdan con su posición de reconocerla como un proceso sistemático de obtención de datos válidos y fiables, con el objetivo de comprobar y valorar el efecto educativo que produce en los alumnos el despliegue de sus capacidades pedagógicas, su emocionalidad, responsabilidad laboral y la naturaleza de sus relaciones interpersonales con alumnos, directivos, colegas y representantes de las instituciones de la comunidad.

Para Alpízar y Añorga12) el desempeño profesional pedagógico se define como un “proceso pedagógico consciente que desarrollan los hombres, en el escenario habitual donde realizan sus labores, enmarcado en un sistema de relaciones, normas y procedimientos que deben cumplirse, para un resultado satisfactorio”. Este resultado satisfactorio contextualizado a la formación de especialistas médicos, puede tener su basamento teórico a reflexión de los autores de esta investigación, a partir de un modelo del tutor de especialidades médicas que elaboró dicha autora a fin de suplir la carencia de una referencia del modelo ideal del tutor, y poder, en definitiva, realizar juicios de valor más acertados.

El desempeño profesional pedagógico, conceptualizado por Granados5 se revela como: "proceso desarrollado por un sujeto a través de relaciones de carácter social, que se establecen en la aplicación de métodos, para el cumplimiento de su contenido de trabajo, en correspondencia con los objetivos de la actividad pedagógica profesional en que participa y el logro de un resultado (…) al ejercer sus tareas con cuidado, precisión, exactitud, profundidad, originalidad y rapidez". También Miranda13 y Valcárcel9) asumen posiciones acordes con esta definición. Los autores de esta investigación coinciden con dicho concepto, al definir su condición de proceso, carácter social y logro de un resultado que contribuirá al mejoramiento humano, institucional y social, y lo tomarán como referencia en esta investigación.

Rojas et al.,14) lo consideran como ″la actuación real del docente que expresa la interrelación dialéctica de las competencias profesionales pedagógicas para orientar, guiar, controlar y evaluar el proceso docente educativo”. En esta definición se identifica una orientación hacia las competencias para desarrollar la actividad, tema este que ha ganado mucho auge en los programas de formación de los últimos tiempos, aunque no han sido pocos sus detractores.

Para Oramas15) es relevante el nivel de profesionalización logrado por el tutor en la educación permanente y continuada, que refleja la capacidad, el modo de actuación y la competencia del sujeto para valorar y proponer soluciones desde posiciones científicas propias de las Ciencias de la Educación Médica, a los problemas relacionados con los objetos de la profesión magisterial. Esta definición está a tono con el contexto actual de la Educación Superior, que aboga por elevar la calidad de los procesos formativos al tener en cuenta una mejor preparación de profesores y tutores.

Puerto16 introduce elementos fundamentales en su concepto de desempeño profesional pedagógico del tutor en la Atención Primaria de Salud, como son la ejemplaridad que muestra en el desarrollo de sus funciones y tareas correspondientes a su papel, la dirección de un proceso de enseñanza que promueve la formación integral a partir de las concepciones de un aprendizaje desarrollador donde se exteriorizan los valores éticos distintivos de la profesión, y la expresión de la interrelación dialéctica de sus competencias profesionales relativas a las áreas del saber, el saber hacer y el saber ser, que se reflejan en su quehacer cotidiano. Los autores de la presente investigación comparten este criterio, y reconocen su importancia en la actividad docente de los profesionales de la salud.

Al revisar las posiciones de autores de la comunidad científica de la Educación Avanzada, para valorar el término desempeño profesional pedagógico del tutor de MGI, se manifiestan las siguientes regularidades:

  • Es un proceso vinculado con los objetos de la pedagogía desde la actuación y el comportamiento de los especialistas con funciones docentes como tutores.

  • Se realiza a partir del cumplimiento de los objetivos y métodos propios de su contenido de trabajo y en la dirección del proceso educativo en la especialidad de MGI con sus residentes.

  • Se refiere a ejercer las actividades con cuidado, precisión, exactitud, profundidad, originalidad y rapidez, que le permite ser competente para la labor que realiza.

  • Está asociado con el proceso de profesionalización, en tanto que se nutre de las formas y vías de superación, capacitación, investigación y trabajo metodológico de los colectivos de docentes de esta especialidad.

En el contexto internacional, se destacan estudios de diferentes investigadores que abordan la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor, Torquemada y colaboradores17 propusieron un cuestionario de evaluación del desempeño del docente tutor universitario, la evaluación de las competencias docentes para la tutoría universitaria y la formación de competencias docentes a partir de la evaluación del desempeño del tutor.

Ponce, García y Caso,18 en México, alertaron sobre optimizar la medida en el diseño de instrumentos para evaluar las competencias de tutores universitarios, y en la Universidad de Sinaloa, Celis, Dehesa y Martínez propusieron la evaluación del desempeño docente a través de instrumentos que involucraban la opinión de los residentes, lo cual consideraron como los más accesibles y completos.19 Por su parte, en España, Morán20) evaluó el desempeño de las competencias en la práctica clínica.

Balseiro, et al.21 proponen modelos de investigación-acción para motivar una práctica reflexiva en los tutores a fin de fortalecer la autonomía de los estudiantes. Esto, además, promueve la creación de espacios de reflexión y comunicación entre los tutores durante los procesos de formación de los estudiantes de posgrado. Dichos espacios pueden servir como catalizadores para una práctica de la tutoría que propicie el desarrollo y consolidación de la independencia en los estudiantes, empresa vital en el perfil de egreso de los posgraduados.

En el contexto nacional se destaca Roca10) que abordó la evaluación del desempeño profesional pedagógico de los docentes que laboran en la Educación Técnica y Profesional; Pérez y Gómez22 desde la carrera pedagógica de Mecánica; Moreira y Fernández23 con la evaluación del desempeño profesional pedagógico en la tutoría académica del proceso formativo universitario, a través de la evaluación de la función comunicativa de los tutores.

En el área de las Ciencias Médicas se destacan varios autores que en sus indagaciones científicas se refirieron a la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor. Así, Díaz y Pérez24) evaluaron la preparación didáctica de los tutores; por su parte Granados5 realizó estudios en cuanto a la evaluación del desempeño pedagógico del tutor en la formación profesional de los tecnólogos de la salud.

En las especialidades médicas se destacan investigadores como: Alpízar12 que propuso una estrategia de evaluación del desempeño pedagógico para los tutores de especialidades médicas y aportó un modelo ideal para esta figura, inexistente hasta ese momento y que constituyó un avance considerable para los estudios relacionados con la temática de la tutoría. Espino y Fundora25) evaluaron el desempeño de tutores de MGI con los medios cartográficos, pues le otorgan un importante papel en esta especialidad. Pérez y Pichs26 propusieron un modelo de evaluación del desempeño de los especialistas de MGI, al que se le reconocen cualidades positivas como ser flexible, funcional, participativo, transformador, contextualizado, abierto, operativo y humanista. Sin embargo, sería bueno señalar que, en la práctica, la acción evaluativa se centra en la función asistencial y el cumplimiento de indicadores asistenciales, sin particularizar en el proceso docente.

Salazar,27 en este sentido, estudió el desempeño profesional del tutor de MGI en el contexto de la educación en el trabajo; además, Bravo, Añorga y Cardoso28) propusieron elementos importantes para evaluar el desempeño profesional de los especialistas en Medicina Física y Rehabilitación en La Habana.

A consideración de los autores, algunos de estos estudios analizan solo una arista del proceso, centrándose en instrumentos evaluativos que ponderan la actividad asistencial, y que por sí solos no son suficientes para valorar el desempeño profesional pedagógico del tutor. Otros lo evalúan de manera indirecta a partir del resultado de indicadores priorizados, por la calidad de la confección de documentos básicos, la calidad de la asistencia o el nivel de satisfacción de la población. En los referentes consultados por los autores no encontramos estudios relacionados de manera particular con la evaluación del desempeño pedagógico del tutor de la especialidad de MGI. Si consideramos que no se desarrolla en la carrera de Medicina ninguna asignatura relativa a los temas del Proceso de Enseñanza- Aprendizaje, solo en la actividad con los alumnos ayudantes, y que en el posgrado los temas sobre la actividad asistencial son priorizados, se evidencia la necesidad de brindar mayor atención a la calidad de la tutoría en el proceso de formación de este especialista, que asume la doble función docente-asistencial.

La sistematización realizada por los autores posibilitó definir la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor en la formación del especialista de MGI en la APS como un proceso sistemático, continuo y flexible que permite comprobar, medir y valorar el cumplimiento de las funciones, acciones y tareas que se expresan en el modo de actuación profesional del tutor desde lo relacionado con el saber, saber hacer y saber ser, en correspondencia con las exigencias actuales en el contexto de la educación en el trabajo. Esta evaluación debe ser objetiva, sistemática, y tener un carácter sistémico para garantizar la calidad del resultado, que induzca a la elaboración de juicios de valor que contribuyan al mejoramiento del proceso formativo.

En el proceso de evaluación es necesario establecer dimensiones relacionadas con el objeto a estudiar, y definir indicadores concretos para el juicio evaluativo. Esto permitirá efectuar una evaluación objetiva, como paso previo a seleccionar los métodos y técnicas evaluativas a utilizar y en correspondencia proceder a diseñar los instrumentos evaluativos correspondientes.29 En ninguna evaluación es posible evaluarlo todo, por lo que tiene que ser muestral, y su éxito dependerá de la calidad de las tareas y acciones seleccionadas.

Esta revisión contribuye al enriquecimiento de las Ciencias de la Educación Médica, específicamente a la teoría de la evaluación, con el aporte de una definición para la evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor de la especialidad de MGI en la APS. A partir de esta, se podrá elaborar modelos, metodologías, estrategias u otro tipo de resultado científico, que permita el mejoramiento de la calidad de la tutoría y la preparación pedagógica de los tutores de esta especialidad, y ahí radica, además, su aporte práctico. La pertinencia social está dada por la satisfacción de una necesidad profesional de los tutores de esta especialidad, y una exigencia del desarrollo científico, tecnológico, económico y social en la esfera de la Salud en la Atención Primaria.

La formación tutorial del especialista de MGI con enfoque en el desempeño, implica que el proceso de evaluación cobre otra dimensión al ser parte inherente de la misma práctica y su expresión puede ser tanto cualitativa como cuantitativa. Este enfoque podría generalizarse a otras especialidades de las Ciencias Médicas.

Conclusiones

Se definió de manera operacional el concepto de evaluación del desempeño profesional pedagógico del tutor de la especialidad de MGI en la APS como un proceso sistemático, continuo y flexible que permite comprobar, medir y valorar el cumplimiento de las funciones, acciones y tareas que se expresan en el modo de actuación profesional del tutor desde lo relacionado con el saber, saber hacer y saber ser, en correspondencia con las exigencias actuales en el contexto de la educación en el trabajo. Esta evaluación debe ser objetiva, sistemática y tener un carácter sistémico para garantizar la calidad del resultado, que induzca a la elaboración de juicios de valor que contribuyan al mejoramiento del proceso formativo.

Notas al pie:
  • 2

    Ana Iris Prieto Peña: Conceptualización, curación de datos, investigación, metodología, visualización, redacción borrador original.

  • 3

    Anabel González Sánchez: Conceptualización, investigación, administración del proyecto, supervisión, redacción, revisión, edición.

  • 4

    Yenisley Hernández Rabelo: Investigación, análisis formal.

Referencias bibliográficas
Historial:
  • » Recibido: 23/08/2021
  • » Aceptado: 28/03/2022
  • » Publicado : 10/06/2022


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