Estimado Editor

El año 2022 quedará marcado en la historia de la ciencia hondureña, dado que la máxima casa de estudios del país, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras accedió por primera vez al Scimago Institutions Rankings World, el cual aglutina a todas las universidades que mayor producción científica realizan anualmente en la base de datos Scopus. Desde 2020, este establecimiento de enseñanza comenzó a superar las 100 publicaciones exigidas por dicho sistema, lo que hasta la fecha la ubica en el puesto 1 de la nación y el 685 a nivel internacional.¹

En el transcurso del tiempo, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras ha logrado publicar más de 900 documentos, siendo Medicina el área temática donde se contabiliza 30,6 % de la producción científica publicada. Además, cuenta con un aproximado de 640 autores registrados en Scopus,² lo que denota un crecimiento significativo de investigadores, pero aún insuficiente. (Figuras 1 y 2).

Esta incorporación al Scimago Institutions Rankings World es el principal logro alcanzado por tal Centro de Enseñanza Superior en el ámbito investigativo, puesto que Honduras es un país emergente en materia científica, carece de inversión económica y en los últimos años ha venido afrontando múltiples acontecimientos que, sin dudas, limitan el desarrollo educativo y los procesos científicos, como son: la inestabilidad política, la pandemia de la COVID-19 y los desastres naturales causados por los huracanes Eta/Iota.³

Por otro lado, es determinante analizar cómo se podrá continuar aumentando la producción científica, ello con la finalidad de seguir manteniéndose en los rankings mundiales. Sin embargo, esto implica superar una serie de obstáculos existentes, entre ellos: la falta de reconocimiento de los investigadores activos, la burocratización, los problemas para constituir equipos de investigación multidisciplinarios, la limitada asignación de recursos económicos, la débil preparación del profesorado en materia de publicación, el poco conocimiento acerca de los procesos editoriales empleados por las revistas científicas internacionales, la inexistencia de políticas de incentivo, la inflexibilidad horaria para realizar acciones investigativas y el no contar con tecnologías avanzadas que permitan efectuar un trabajo más ágil.

Los retos apuntan a que se debe capacitar al profesorado en el uso de diseños investigativos de mayor alcance, desarrollar proyectos de investigación que resuelvan problemas reales que enfrenta el país, gestionar financiamiento con organismos nacionales e internacionales, instaurar mecanismos propios de divulgación, aumentar la publicación en idiomas distintos al español, creación de dispositivos institucionales que propicien generar mayor producción científica, fundación de instancias de formación respecto a la publicación en alto impacto, reconocer e incentivar a los miembros del cuerpo docente que más documentos producen, flexibilizar los procesos universitarios, asignar mayores recursos económicos y potenciar las publicaciones colectivas.

En conclusión, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras para continuar aumentando la producción científica y posicionarse en los distintos rankings internacionales, particularmente en el Scimago Institutions Rankings World, tendrá que realizar una fuerte inversión económica. Además, reestructurar aceleradamente los procesos investigativos que cotidianamente se han venido llevando a cabo como parte de las funciones sustantivas instauradas en la academia hondureña. Esto permitirá avanzar hacia la competencia científica mundial, impulsar proyectos de investigación que ofrezcan soluciones para la erradicación de problemáticas estructurales y mejorar la calidad de vida de la sociedad.⁴